Análisis y valoración de los proyectos de inversión
28 Sep. 2021

Análisis y valoración de los proyectos de inversión

 

El proceso de inversión de las empresas tiene como finalidad la obtención de algún tipo de ventaja, ya sea comparativa o competitiva, que le permita un mayor beneficio futuro o, simplemente, mantener la competitividad frente al resto de competidores del mercado. De ahí que el análisis y la valoración de las distintas alternativas de inversión sean claves para determinar qué proyectos se deben poner en marcha.

La economía tradicional define el concepto económico de inversión como la renuncia a una satisfacción cierta e inmediata a cambio de la esperanza de un mayor beneficio futuro. Esa falta de certeza es precisamente una de las características fundamentales de cualquier inversión.

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Las características básicas de una inversión

Los atributos de cualquier inversión, es decir, los elementos definitorios que deberemos analizar son los siguientes:

  1. El riesgo, es decir, la posibilidad de que se produzcan pérdidas significativas en el momento de recuperar los capitales. 
  2. La liquidez o capacidad de transformarse en dinero efectivo sin costes significativos: una inversión muy líquida será aquella que se puede recuperar en un período relativamente corto de tiempo. Por otra parte, resulta evidente que, cuanto menos líquida sea una inversión, mayor será el riesgo incurrido con su realización. 
  3. La rentabilidad o capacidad de generar excedente de fondos por encima del importe inicialmente invertido.

Supuestos acerca de un inversor racional

En el proceso de análisis, partiremos de una serie de supuestos con respecto al comportamiento esperado de un inversor racional. El primero de ellos es que el inversor intenta evitar el riesgo y, por lo tanto, que a los proyectos con un mayor riesgo les exige una compensación adicional en forma de una mayor rentabilidad.

También supondremos que el inversor racional preferirá una unidad monetaria hoy a esa misma unidad en el futuro, por lo que también exigirá una compensación, debido al riesgo asumido por la demora en la obtención del efectivo y por el coste de oportunidad de haber destinado la unidad monetaria a esa inversión en concreto.

El valor actual neto en el análisis de un proyecto de inversión

Esta preferencia por la liquidez en los agentes económicos hace que no podamos sumar directamente cantidades de dinero que se encuentren en distintos períodos temporales. Antes debemos proceder a homogeneizar estas cantidades, es decir, moverlas a un mismo período temporal para poder operar.

La evaluación de los proyectos de inversión se realiza a través de los flujos netos de caja de cada uno de los períodos en que se estima su duración (vida física, comercial o tecnológica).

Entendemos por flujo neto de caja (FNC) de cada período la diferencia entre los cobros y los pagos debidos al proyecto en cada uno de los periodos temporales considerados. De esta manera, un FNC positivo representa unos cobros superiores a los pagos en ese período concreto, mientras que uno negativo indica que los pagos han excedido a los cobros

Uno de los métodos más utilizados en la evaluación y selección de los proyectos de inversión es el del valor actual neto o, simplemente, VAN. El VAN determina el valor, en el momento actual, de todos los FNC del proyecto a lo largo de su vida útil. Por supuesto, estos flujos deben estar convenientemente homogeneizados para poderlos sumar en un mismo período temporal.

Cómo calcular el valor actual neto de un proyecto

La fórmula para obtener el VAN de un proyecto de inversión es bastante sencilla y se muestra a continuación: VAN=-I0+ i=1nQi(1+k)i.

  • I0 :  Es el monto de la inversión que se realiza en el momento inicial. Por supuesto es un importe negativo porque, aún en el caso de haber generado cobros, suelen ser muy inferiores a los pagos necesarios.
  • Qi:  Son los flujos netos de caja obtenidos a lo largo de toda la vida útil de la inversión.
  • k :  Es la tasa de descuento que nos va a permitir homogeneizar los FNC de cada período, para traerlos hasta el momento actual y compararlos con la inversión inicial realizada

La cuestión inicial es cuál es la tasa que vamos a utilizar para descontar esos flujos. La respuesta es que esa tasa la debe elegir el analista según su propio criterio: podría ser la rentabilidad media de los proyectos que ya tiene en la cartera o el coste de los capitales utilizados en su financiación.

La elección de la tasa es un asunto importante puesto que vamos a seleccionar aquellos proyectos que sean capaces de exhibir el VAN más elevado, descartando aquellos que muestren un VAN negativo o cero. Se establece, por lo tanto, una relación inversa entre el valor del VAN y la tasa de rentabilidad mínima requerida, de manera que, a medida que aumentamos la rentabilidad exigida, se van eliminando los proyectos menos rentables.

La principal ventaja del VAN es que muestra la rentabilidad del proyecto al tener en cuenta la totalidad de los FNC descontados, si bien se trata de una rentabilidad absoluta y neta. Los principales inconvenientes son, por un lado, que deja en manos del inversor la tasa de descuento a utilizar y, en ocasiones, su determinación no es fácil; y, por otro, que resulta más útil comparar las rentabilidades relativas que las absolutas.

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La tasa interna de rentabilidad en el análisis de un proyecto de inversión

Otro método generalmente utilizado en la selección de inversiones es la tasa interna de rentabilidad, también llamada TIR, que puede definirse como la tasa de rendimiento que iguala la corriente de flujos de caja tanto positivos como negativos generados por un proyecto de inversión.

Dicho en otras palabras, es la tasa de rentabilidad que iguala el VAN a cero. Se trata, por lo tanto, de la rentabilidad que ofrece el proyecto de inversión con independencia de los deseos del inversor: VAN=0=-I0+ i=1nQi(1+r)i , donde r corresponde al valor buscado de la tasa de rentabilidad.

Siguiendo el criterio de la TIR, seleccionaremos aquellos proyectos que presenten la tasa más elevada y, bajo el criterio del inversor, seleccionaríamos aquellos proyectos cuya r sea mayor que la tasa de rentabilidad mínima requerida.

La principal ventaja del método TIR es que ofrece la rentabilidad relativa del proyecto, que podremos comparar con la de otros proyectos o con los costes de la financiación asociada. El principal inconveniente es la dificultad de cálculo, si bien, en la actualidad, su fórmula se encuentra integrada en cualquier sistema de cálculo financiero.

El plazo de recuperación descontado en el análisis de un proyecto de inversión

Por último, mencionaremos un criterio utilizado en situaciones especiales. Nos referimos al plazo de recuperación descontado o pay-back.

En este caso, no mediremos la rentabilidad de la inversión, sino el periodo de tiempo que necesita el inversor para que el valor actualizado de los FNC generados sea igual al valor de los capitales invertidos. Se trata, por tanto, de calcular el tiempo en el que podemos recuperar la inversión realizada, seleccionando aquellos proyectos con un plazo de recuperación más corto.

Es un método utilizado en épocas de crisis o de convulsiones sociales en los que se pone en peligro la recuperación de la inversión realizada.

Su principal inconveniente es que se valoran los FNC producidos con posterioridad al plazo de recuperación.

En conclusión, la empresa debe seleccionar aquellos proyectos de inversión (PI) que mejor se adapten a su estrategia en la búsqueda de ventajas competitivas, pero sin perder de vista su retorno económico.

El análisis de los PI se basa en el descuento de los FNC generados a lo largo de toda su vida útil, teniendo en cuenta que los desembolsos de efectivo asociados a la inversión se suelen concentrar en la fase inicial. Este planteamiento concede importancia especial a la correcta selección de los costes que van a formar parte de la inversión inicial, ya que tendrán una gran influencia en el cálculo de la rentabilidad. La inclusión de costes hundidos o irrecuperables o de costes que no corresponden estrictamente al proyecto puede alterar el cálculo e influir en la selección de proyectos no rentables.

Una vez determinados los FNC relevantes para el proyecto, el analista tiene a su disposición diferentes métodos en los que apoyar su decisión, pero él es el único responsable.

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Fernando Belmonte