La pandemia del SARS-CoV-2 puso a prueba a la sociedad tal y como se entendía y muchas de las actividades a las que estábamos acostumbrados dejaron de llevarse a cabo. Sin embargo, seguía habiendo necesidades que requerían ser cubiertas de forma inmediata, lo cual llevó a la digitalización de algunas tareas o la implementación de un modelo híbrido entre lo presencial y lo telemático, para lo que es muy importante la capacitación digital de los profesionales. En el campo asistencial, esto ha tomado la forma de telemedicina: un modelo mixto, fruto de la urgencia, pero que ha venido para quedarse.
¿Qué es la telemedicina?
Por definición, la telemedicina es la comunicación interactiva, a distancia y en tiempo real, entre paciente y médico o profesional. Esta comunicación consiste en el uso de equipos interactivos de telecomunicaciones que incluyen, al menos, dispositivos de audio y vídeo.
La telemedicina engloba diversas prácticas sanitarias que, gracias a los avances tecnológicos, se pueden llevar a cabo desde la atención no presencial.
Telemedicina y teleasistencia
Cuando se habla de telemedicina es importante diferenciarla de la teleasistencia y de la teleasistencia avanzada:
Teleasistencia
Aunque el nombre pueda prestarse a confusiones, la teleasistencia es un servicio muy específico, a diferencia de la telemedicina, que engloba un campo más amplio. Se trata de un servicio dirigido a personas de edad avanzada o con diversidad funcional que viven solas. Estas personas llevan una pulsera o medallón mientras están en casa que les permite pedir ayuda en cualquier momento.
Además, el servicio de teleasistencia también puede instalar un sistema de manos libres por toda la casa para que el paciente pueda comunicarse con una centralita abierta las 24 h que se encarga de gestionar todo aquello que necesite el paciente en función del motivo por el que ha llamado.
Teleasistencia avanzada
La teleasistencia avanzada da un paso más e incluye la posibilidad de recibir esta ayuda fuera del hogar. Esto, por supuesto, supone una gran labor de sincronización con servicios de información, profesionales médicos, etc.
Entornos en los que la telemedicina puede ayudar
La telemedicina puede ser muy útil en la comunicación entre las diferentes partes implicadas en el proceso asistencial:
- Entre profesionales
- Entre un profesional y un paciente
- Entre varios profesionales y un paciente
- Entre varios pacientes y un profesional
- Entre pacientes
Aplicaciones de la telemedicina
Teledermatología
La dermatología es una de las especialidades con un procedimiento de exploración del paciente más basado en la observación, por lo que la atención no presencial supone un aumento de eficiencia para el sistema sanitario. La teledermatología es un modelo consolidado de atención no presencial y de eficiencia para el sistema.
Teleictus
Teleictus es un exitoso programa de atención no presencial especializada, que permite que los pacientes que se encuentran lejos de los hospitales de referencia sean atendidos por el equipo de esos hospitales mediante herramientas de telemedicina.
Mejoras en la asistencia domiciliaria
La atención no presencial que hace posible la telemedicina ha facilitado la atención domiciliaria, no únicamente para hacer consultas, sino incluso para poder hacer ingresos en el propio domicilio.
Hospital líquido
El concepto de hospital líquido hace referencia al uso de la tecnología más avanzada para atender a los pacientes fuera del hospital. Se trata de sacar el máximo provecho de múltiples avances tecnológicos (como los smartphones, las tablets, los wearables y la domótica médica), que, junto al potencial de internet, pueden aportar muchísimo a la atención al paciente, ya sea a través de las redes sociales, las apps,, los portales institucionales y la propia telemedicina, teleasistencia, telerehabilitación…
El reto del hospital líquido es la atención a la población mayor, a menudo enferma crónica, sin acceso o con poca capacidad de uso de dichas tecnologías.
El rol de la medicina en la atención sanitaria del siglo XXI
La COVID y la aceleración de la telemedicina
La aparición de la telemedicina era un proceso que ya estaba en marcha, a un ritmo lento, hasta que la pandemia de COVID lo aceleró notablemente.
Si se analiza el coste-beneficio de la aplicación de la telemedicina, hay que tener muy en cuenta que esta aceleración en su aplicación se ha producido a expensas del establecimiento de criterios claros y de la introducción de entornos de capacitación digital y tecnológica debidamente estructurados. Esto implica que, a pesar de la gran utilidad de la telemedicina, observable en su eficacia y eficiencia, todavía es necesaria una reflexión acerca de lo que la telemedicina necesita para consolidarse. Es decir, racionalizar y definir las indicaciones adecuadamente, desarrollar una estrategia para implantar un modelo de atención no presencial, crear modelos de evaluación objetivos y desarrollar entornos de capacitación acreditados.
En conclusión, la telemedicina ya se estaba implantando, aunque lentamente, tanto por las capacidades tecnológicas que estábamos adquiriendo como porque su utilidad, eficacia y eficiencia en el entorno sanitario son evidentes para los sanitarios. La aparición de la pandemia de la COVID ha provocado su rápida implementación, pero precisamente esta rapidez ha hecho que falten criterios claros y entornos de capacitación tecnológica bien estructurados. Los profesionales sanitarios también son conscientes de la necesidad de razonar reposadamente para llegar a consolidar el modelo.
En Ekon conocemos los retos de la implantación de la telemedicina y la capacitación digital que supone y queremos aportare nuestro granito de arena con servicios de almacenamiento en la nube como Cloud ERP Salud.
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