Transporte Refrigerado - Retos de la Logística Frigorífica

La logística frigorífica tiene una gran relevancia en la cadena de suministro. Y es que es el único método de transporte que permite contar con un control de temperatura que garantice la correcta conservación de productos sensibles. Su uso no solo se extiende a los alimentos perecederos, sino que también otros sectores, como el farmacéutico, necesitan de sus servicios para el envío de medicamentos. Sin embargo, esta industria no está exenta de desafíos.

Como verás en este artículo, la evolución del almacenamiento en frío exige a las empresas la adopción de nuevas tecnologías de forma constante. Además, cada vez es más importante llevar a cabo un control mucho más preciso de la temperatura a la que se transporta cada producto. Esto es posible gracias a un controlador de temperatura digital. Explicaremos la legislación vigente en España y, por último, mostraremos algunas estrategias para lograr un sector más sostenible y con menor dependencia de los combustibles fósiles.

Claves de la logística frigorífica

Mantener la cadena de frío logística de algunos productos es fundamental para garantizar que lleguen en buen estado al consumidor final. Aquí el almacenamiento en frío es crucial, ya que permite realizar la distribución de todos los bienes sensibles sin que su temperatura se vea alterada en ningún momento. Muchos de estos transportes se hacen a temperaturas que oscilan entre los 20 y los 35 grados bajo cero, aunque hay otros que no precisan congelar la mercancía, y solo la conservan fresca.

Cada etapa del transporte refrigerado debe gestionarse de una forma muy cuidadosa, dado que en este tipo de logística cualquier pequeño fallo puede suponer grandes pérdidas para el distribuidor. Y es que, si en algún punto del transporte el control de temperatura no es el adecuado, toda la mercancía debe desecharse. Asimismo, romper la cadena de frío puede acarrear importantes sanciones para los operadores logísticos por parte de las administraciones públicas.

Características distintivas de la logística frigorífica

Una de las características más relevantes de este sector es su capacidad para llevar a cabo el transporte refrigerado. La inversión que deben realizar las empresas de este sector para cumplir con su cometido es muy elevada.

El medio de transporte empleado, ya sea una furgoneta, un camión o incluso un contenedor marítimo, debe disponer de una gran capacidad de aislamiento y equipos de frío industrial. En la mayoría de casos, estos han de funcionar de manera independiente, de modo que incluso con el motor parado puedan mantener la temperatura ideal.

Es fundamental que se respete en todo momento la cadena de frío logística, y para ello también hay que contar con almacenes refrigerados. Tampoco podemos olvidar otro punto muy importante.

Y es que los empleados de estos negocios deben, igualmente, tener la formación necesaria. No solo para conocer la temperatura a la que debe estar cada producto, sino para responder rápidamente frente a imprevistos que surjan durante el transporte refrigerado de alimentos o el almacenaje de estos.

Reto de la gestión de temperatura

Sin duda, el mayor desafío para cualquier empresa que se dedique a los fletes refrigerados es contar con un control de temperatura preciso. Y es que hay múltiples factores que pueden provocar alteraciones en este valor tan relevante. Uno de los más habituales es el propio clima. Durante el transporte refrigerado, se pueden atravesar zonas con temperaturas muy diversas que exigen el máximo rendimiento de los equipos de frío.

Esto puede hacer que varíen las condiciones en el interior y, por ello, es necesario disponer de un controlador de temperatura digital. Así, en todo momento se puede programar con los grados deseados y con una precisión muy elevada. Este tipo de herramientas hacen uso de uno o varios termostatos que se encargan de preservar siempre unos valores uniformes de temperatura para la mercancía.

Además, en los viajes largos de transporte de carga refrigerada, esta tecnología se vuelve todavía más imprescindible. El transporte marítimo es el más delicado, puesto que se deja la mercancía sin vigilancia. En estas situaciones, se depende íntegramente del equipo de frío y de cómo se haya programado el controlador de temperatura digital, así como de su fiabilidad durante todo el viaje. Cualquier fallo en alguno de los componentes puede ser fatal.

Estrategias y tecnologías para garantizar la integridad

Junto al empleo de un termostato regulador de temperatura como del que te hemos hablado, hay muchas otras opciones a la hora de mantener los productos refrigerados en buenas condiciones.

En la actualidad, existen sistemas de monitorización en tiempo real que permiten a los distribuidores de fletes refrigerados controlar el termostato regulador de temperatura de forma remota. Esto resulta muy útil tanto para el almacenamiento en frío como en el transporte. Asimismo, cada vez es más frecuente contar con materiales de aislamiento más eficaces. De esta forma, se consigue un almacenamiento frigorífico mucho más sostenible, porque el consumo energético es inferior.

La estrategia utilizada por las diferentes empresas resulta vital para asegurar la calidad del transporte. Por este motivo, cada vez más negocios actualizan sus tecnologías por otras más eficientes y eficaces. Gracias a ello, pueden responder mejor frente a los imprevistos y se reducen las pérdidas asociadas a los cambios drásticos de temperatura. No obstante, todavía queda mucho camino por delante y es necesario realizar inversiones para actualizar los activos empresariales.

Seguridad alimentaria y normativas
El transporte de alimentos refrigerados es uno de los más habituales en este sector. Productos congelados o frutas y verduras que deben viajar en condiciones de baja temperatura requieren de un intensivo control por parte de las empresas. Por tanto, la seguridad alimentaria resulta esencial para garantizar que se preserva la cadena de frío en todo momento. Esto no solo tiene una implicación directa para la calidad de los alimentos, sino que evita todo tipo de problemas de salud pública.

Y es que algunos alimentos como la carne o el pescado se degradan rápidamente a temperatura ambiente. La proliferación de bacterias en esas circunstancias puede resultar peligrosa para la salud. Por ello, nunca debe romperse la cadena de frío y tiene que emplearse un termostato regulador de temperatura para conservar los alimentos en perfecto estado.

Normativa actual
En España, el transporte refrigerado se rige por una normativa que entró en vigor hace casi 40 años. Se trata del Real Decreto 2483/1986. A pesar de su antigüedad, esta legislación es muy completa y no solo se centra en conservar la cadena de frío. También hace hincapié en la formación que debe tener cada empleado, cómo debe acondicionarse cada vehículo y explica la responsabilidad de cada empresa de cumplir con lo estipulado.

Tecnologías emergentes en logística de carga refrigerada

El transporte refrigerado de alimentos se encuentra en una constante innovación. Además, no es ajeno a las nuevas tecnologías que están protagonizando una revolución en el resto de empresas de transporte de carga refrigerada.

La inteligencia artificial es una de las que mayor penetración ha logrado durante el 2023 y se ha posicionado como una herramienta fundamental para incrementar la eficiencia y la productividad. Sus múltiples usos tanto en el almacén como en la planificación de rutas la sitúan como la tecnología más disruptiva de los últimos años.

Pese a ello, no ha sido la única que ha llegado para quedarse. El internet de las cosas (IoT) también está cobrando una gran relevancia. Los sensores IoT cada día son más utilizados y permiten llevar un control exhaustivo de parámetros tan importantes como la humedad o la temperatura mediante un controlador de temperatura digital. También posibilitan realizar un seguimiento preciso de cada vehículo de la flota y facilitan el trabajo de gestión por parte de sus responsables.

Todas estas nuevas tecnologías resultan muy prácticas en los negocios de almacenamiento en frío. Igualmente, ayudan a reducir los errores humanos y facilitan la toma de decisiones. Pero, como verás a continuación, hay otras herramientas que tampoco pueden faltar en estos negocios.

La gestión de la cadena de frío con un ERP

Los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP) son imprescindibles en el almacenamiento frigorífico, y cuando se trata de transportar mercancías refrigeradas, su valor añadido es todavía mayor. Sus funciones dentro de la empresa son muy variadas, ya que se trata de programas muy completos que son capaces de controlar una gran variedad de aspectos de la gestión interna.

Una de sus funciones más relevantes a la hora de garantizar que se mantiene la cadena de frío tiene que ver con su capacidad para la gestión del almacén. Estos programas automatizan muchas de las funciones diarias y pueden funcionar junto a sensores conectados con tecnología IoT para asegurar que se mantiene unos parámetros adecuados.

Del mismo modo, desempeñan un papel muy importante a la hora de planificar las rutas del transporte de carga refrigerada o de facilitar la coordinación entre los diferentes departamentos de la empresa.

Retos medioambientales y sostenibilidad

El sector logístico continúa siendo responsable de la mayoría de emisiones de gases de efecto invernadero en España. Esto es algo que debe disminuirse, pero el incremento de la demanda de productos refrigerados no está facilitando la transición ecológica. La Unión Europea ya ha solicitado a este sector que se reduzcan sus emisiones en un 15 % para 2030, y el objetivo de las empresas de transporte y almacenamiento frigorífico es doblar esa cifra.

Para ello hay dos puntos fundamentales que deben abordarse. Por un lado, es crucial que se comiencen a emplear vehículos menos contaminantes y hay que buscar soluciones sostenibles para preservar la mercancía refrigerada durante el transporte. En los centros logísticos y almacenes, este problema ya se ha resuelto en gran medida, sobre todo gracias al uso de energías renovables.

Sin embargo, la mayoría del transporte refrigerado por carretera continúa utilizando vehículos con propulsión diésel cuya huella de carbono es elevada.

Estrategias para una cadena de frío sostenible

Los gases refrigerantes que emplean CFC han sido los principales responsables de dañar la capa de ozono. Su uso se prohibió en casi todo el mundo, pero todavía hoy perduran sus efectos. En la actualidad, se están utilizando gases refrigerantes que tienen un impacto mucho menor, pero es fundamental buscar soluciones más sostenibles, dado que los equipos de frío empleados en el transporte refrigerado de alimentos aún tienen una gran dependencia de estos gases.

Los equipos de transporte de carga refrigerada que cuentan con el refrigerante R-134a o el R410a tienen un impacto casi nulo sobre el medioambiente. Por consiguiente, deben sustituirse de manera paulatina todos aquellos que usen todavía gases más dañinos para el planeta.

Los vehículos, como ya te hemos comentado anteriormente, también suponen un serio problema de emisiones. Aquí el margen de maniobra es escaso, puesto que apenas hay modelos eléctricos en el mercado, y los disponibles tienen una autonomía muy limitada.

No obstante, sí se pueden encontrar camiones propulsados por gas, un combustible mucho más sostenible y cuyas emisiones de dióxido de nitrógeno son hasta un 75 % más bajas que en las variantes de gasóleo. En el caso del dióxido de carbono, la diferencia es de un 25 %. También es posible eliminar una gran cantidad de emisiones con las furgonetas de reparto de última milla, muy empleadas en la distribución final de productos refrigerados en las ciudades.

El control de temperatura es fundamental para el almacenamiento frigorífico, aunque es solo uno de los muchos retos que tienen por delante las empresas de este sector. La cadena de frío logística es vital para el transporte refrigerado de alimentos y mercancías sensibles, pero debe encontrarse un equilibrio con la sostenibilidad del planeta. Además, las normativas nacionales ofrecen un estricto marco al que todos los negocios deben adaptarse por el bien de la salud pública.

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