Una vez definido y puesto en marcha el plan financiero de una empresa, que nos marca las necesidades de fondos, conviene someterlo a vigilancia periódica comprobando su ejecución real. Es la fase de control en la que comparamos lo planificado con la realidad, analizando las desviaciones producidas y proponiendo los ajustes necesarios para el cumplimiento de los objetivos.
Pero ¿cómo se puede controlar si las necesidades reales de capital, especialmente a corto plazo, se corresponden con la planificación inicial? Y ¿cómo podemos hallar dónde se han producido las desviaciones para proponer acciones correctivas?
Sin duda, en el análisis del período medio de maduración (PMM) encontramos un valioso aliado en esta difícil, pero a la vez provechosa misión. En este artículo aprenderás qué es y cómo usarlo para facilitar las tareas de control financiero de tu empresa.
¿Cómo encaja el PMM dentro del plan financiero de la empresa?
Empecemos por el principio. Podemos entender el proceso de inversión como una salida de dinero en efectivo de la empresa. A cambio, se obtienen aquellos bienes y servicios necesarios para la elaboración de productos, que son capaces de satisfacer las necesidades de los clientes. El círculo se cierra cuando el cliente paga los productos adquiridos, con lo que el dinero en efectivo vuelve a la empresa, que recupera la inversión realizada en su momento.
Este proceso inversor engloba productos muy heterogéneos: algunos se podrán utilizar durante muchos procesos productivos a lo largo de su vida útil, mientras que otros se consumen de manera inmediata. Por este motivo, cuando recibimos el cobro de los clientes, recuperamos la inversión hecha en diferentes momentos temporales:
- Los costes de los materiales consumidos en un único proceso de producción, como la materia prima, el trabajo, transporte, publicidad, etc.
- El coste de la parte utilizada de los materiales con una duración de varios procesos productivos, lo que denominamos amortización.
La diferencia entre el precio de venta y los costes se percibe en forma de beneficio, lo que permitirá a la empresa pagar los impuestos, retribuir a los propietarios (dividendos), devolver los préstamos recibidos y reinvertir en nuevos activos para mantener la competitividad.
Mientras que la inversión en activos con una duración de varios procesos productivos a lo largo de diferentes ejercicios económicos, que denominaremos activo fijo, resulta fácilmente controlable, la inversión en activos que solo se van a utilizar en un único proceso productivo o en menos de un ejercicio económico, que denominaremos activo circulante, resulta más complicada de analizar debido a su alta rotación y a su naturaleza cambiante.
Definimos las necesidades operativas de fondos (NOF) como un elemento, básicamente de control, que nos permite calcular y vigilar las inversiones realizadas en capital circulante surgidas como resultado de la actividad propia de la empresa.
De esta manera, las NOF son un instrumento de activo, es decir, miden las necesidades de inversión, lo que permite planificar y obtener la correspondiente financiación a corto plazo, que se verá reflejada en el pasivo de los estados financieros de la empresa.
Después de definir y poner en marcha el plan de empresa, debemos someter su ejecución a un control periódico para comprobar que se ajusta a lo planeado. Sin embargo, como hemos dicho, las necesidades de capital circulante son complicadas de controlar y es difícil saber dónde se han producido las desviaciones respecto al plan de empresa. Aquí es donde nos resulta tan útil el análisis del período medio de maduración. Veámoslo.
El PMM y sus distintas expresiones
La definición del PMM es muy sencilla: mide el tiempo que transcurre desde el momento en que adquirimos los bienes y servicios (que serán consumidos en el proceso productivo o tendrán una duración inferior a un ejercicio económico) hasta que recuperamos esa inversión mediante el cobro de los artículos vendidos a nuestros clientes.
PMMP
Así obtendremos el PMM desde una perspectiva productiva (PMMP), que dividiremos en las distintas fases del proceso productivo, obteniendo cuatro subperíodos:
- P1: Subperíodo de almacenamiento. Incluye desde la adquisición de las materias primas hasta su consumo en el proceso productivo.
- P2: Subperíodo de fabricación. Comprende desde la entrada de los materiales en fábrica hasta que se completa el proceso y entra en el almacén de producto terminado.
- P3: Subperíodo de venta. Abarca desde que el producto final entra en el almacén de producto terminado hasta que se transfiere la propiedad al cliente por medio de la venta.
- P4: Subperíodo de cobro. Corresponde al tiempo transcurrido entre la venta y el cobro del precio acordado por parte del cliente.
PMMF
Para ser precisos, el PMMP no se corresponde con los días de producción que debemos financiar, puesto que el propio sistema induce una financiación concedida por los proveedores, lo que da origen a un subperíodo adicional:
- P5: Subperíodo de pago. Corresponde al tiempo transcurrido entre la compra de los bienes y servicios necesarios y el pago a los proveedores.
De esta manera, podremos calcular el período medio de maduración desde una perspectiva financiera (PMMF)
PMMF = PMMP – P5
Por supuesto, las actividades estrictamente comerciales prescindirán de P1 y P2, mientras que la prestación de servicios tampoco incluirá P3 en su análisis.
Calcular el PMM
Ahora, la cuestión es cómo podemos calcular los días que integran cada subperíodo para obtener el PMM, y, mucho más interesante, cómo lo podemos calcular a través de la información financiera disponible de la empresa, es decir, a partir del balance de situación y la cuenta de pérdidas y ganancias.
Para hacer los cálculos, vamos a suponer que disponemos de la información de un ejercicio económico completo y comenzaremos por definir las variables que vamos a utilizar:
- CI = Consumo anual de inputs en el proceso productivo. Se corresponde con el valor de las salidas de materiales hacia las líneas de producción.
- CPT = Coste total de la producción del período. Se trata del valor del producto terminado salido de las líneas de producción y que entra en el almacén de producto terminado.
- CV = Coste total de las ventas del ejercicio. Se obtiene por medio de la valoración del producto terminado que ha sido vendido a los clientes.
- V = Volumen anual de ventas netas
- CCI = Volumen anual de compras netas. Nos referimos a las compras de bienes y servicios que se han integrado en el proceso productivo.
La información anterior se encuentra disponible en las cuentas de explotación y escandallo de costes de la compañía.
Pero también tenemos disponibles los registros del balance de situación, de donde podremos obtener sin mayores dificultades:
- SMI = Saldo medio de las materias primas disponibles en los almacenes.
- SMPC = Saldo medio de los productos en curso de fabricación que se encuentran en las líneas de producción.
- SMPT = Saldo medio de los productos terminados que se encuentran en los almacenes correspondientes, por supuesto, valorados a precio de coste.
- SMC = Saldo medio de clientes que se desprende del pendiente de cobro.
- SMP = Saldo medio de proveedores según los pendientes de pago.
El concepto de saldo medio se refiere a la ponderación de los saldos existentes en distintos momentos temporales, lo que permite dotar de mayor realismo a la información obtenida en el caso que la cifra de ventas presente estacionalidad en alguna parte del año.
Por último, vamos a calcular las rotaciones de las inversiones realizadas en los distintos elementos, lo que nos da una idea de la cantidad de veces al año que debemos llenar el almacén correspondiente para poder cumplir con la producción anual. Así, tenemos:
- r1 = Rotación de materiales = CISMI
- r2 = Rotación de fabricación = CPTSMPC
- r3 = Rotación de producto acabado = CVSMPT
- r4 = Rotación de clientes = VSMC
- r5 = Rotación de proveedores = CCISMP
Ahora ya nos encontramos en disposición de calcular el valor de los distintos subperíodos y, por lo tanto, del PMMP y PMMF. Suponiendo que el período analizado es anual y que consideramos 365 días de producción, obtendremos:
- P1 =1r1 *365= SMICI*365
- P2 =1r2 *365= SMPCCPT*365
- P3 =1r3 *365= SMPTCV*365
- P4 =1r4 *365= SMCV*365
- P5 =1r5 *365= SMPCCI*365
Donde:
- PMMP = P1 +P2 +P3 +P4. Nos dirá los días totales que mantenemos la inversión.
- PMMF = PMMP – P5. Nos indicará los días que realmente la estamos financiando.
La importancia del PMM para el control financiero de la empresa
Esta información resulta muy útil a la empresa puesto que nos permite comparar las necesidades reales de financiación con las previstas a través de las NOF, lo que ofrece una guía para la mejora de la gestión.
Cuando descubrimos rotaciones bajas, es decir, algún subperíodo es superior al inicialmente previsto, nos enfrentamos a problemas de fondos ociosos debido a una inversión superior a la necesaria. Esto puede ser debido a factores controlables (ineficiencias administrativas, errores en la programación de producción o ventas, etc), pero también puede deberse a elementos incontrolables para la empresa (cambios en la demanda, períodos de escasez, fuertes aumentos de los precios, aumento de la competencia, etc).
Si nos encontramos con rotaciones altas con subperíodos inferiores a la previsión, es indicativo de una gestión eficiente, puesto que somos capaces de mantener las ventas previstas con una inversión menor, pero debemos estar alerta ante un volumen de capital trabajo insuficiente que pudiera restringir las ventas en un futuro.
En cualquier caso, con la utilización de este sistema de análisis basado en el PMM, siempre tenemos la oportunidad de mejorar el control y proponer medidas para corregir las desviaciones.
- ¿Qué es el punto muerto en la empresa? Definición y análisis - 23 de enero de 2023
- La estructura de costes y el Grado de Apalancamiento Operativo (GAO) - 18 de enero de 2023
- El efecto dilución y la cláusula antidilución en las startups - 7 de diciembre de 2022