En un hospital se genera a diario una cantidad ingente de datos clínicos, relacionados sobre todo con la salud de los pacientes. Proceden de las pruebas que se les hacen, de los datos tomados por diferentes sensores, de máquina, etc. Recogerlos todos de manera adecuada es muy importante. Para ello es imprescindible utilizar un programa de gestión clínica adecuado.
No obstante, hay algo quizá más importante que recopilar toda la información generada en un entorno hospitalario. Es saber qué se puede hacer con ella. Y cómo preparar esta información en el programa de gestión clínica utilizado para recogerla y almacenarla.
Los datos en un programa de gestión clínica
Cualquier organización sanitaria cuenta con múltiples fuentes encargadas de tomar la información sobre los pacientes, que recogen en grandes cantidades. Esto se debe a que no sólo recogen los datos relacionados con la salud y el estado de cada paciente. Tampoco se limitan a sus antecedentes o su historial. Además de todo esto, recopilan su información personal, así como otro tipo de información: lugar de residencia, profesión, factores de riesgo, antecedentes familiares de importancia, etc.
Esta información puede provenir de sistemas de gestión hospitalaria (HIS), de historiales clínicos almacenados en formato electrónica, dispositivos de telemedicina, aparatos portátiles de toma de constantes, etc. Pero también puede tener su origen en dispositivos cuantificadores convencionales, los llamados wearables. Entre ellos, de las pulseras inteligentes deportivas y de otros wearables. Cada vez los llevan más personas, y dado que almacenan información sobre el ejercicio realizado, el pulso o las calorías quemadas. Algunos incluso miden los niveles de glucosa de quien los lleva.
La información procedente de todas estas fuentes da lugar a una maraña de datos, bastante heterogéneos, que hay que almacenar y tratar. Son muchos más de los que puede procesar una persona o un equipo, por lo que estamos hablando, nada más y nada menos, que de Big Data. Es mucha información, que no sólo hay que tratar conforme a la legalidad vigente. Lo primero que hay que hacer, antes de tratarla y estudiarla para sacar conclusiones, es catalogarla y codificarla. A ello puede ayudar un programa de gestión clínica.
Con uno de estos programas se podrá, por ejemplo, clasificar y estructurar los datos recogidos. Es un paso vital para su posterior análisis. Los datos de una organización sanitaria deben estar bien estructurados por jerarquías y categorías. También deben codificarse. Tras esto, puede comenzar su tratamiento, para lo que se utilizarán diversos patrones y sistemas predictivos, entre otros métodos.
Beneficios del Big Data para los médicos
El Big Data, una vez analizado y extraídas diversas conclusiones de los datos obtenidos, no sólo permite tener un control sobre el salud de los pacientes. También permite contar con datos para tomar decisiones sobre sus problemas de salud y su evolución. Por otro lado, con base en la evolución de sus constantes y estado, da la oportunidad de prevenir algunas enfermedades que pueda padecer. En definitiva, controlarle, pero también personalizar la atención que se le presta.
Pero el Big Data no sólo beneficia a los médicos en cuanto a la relación sobre el paciente. También aportan ventajas múltiples a los profesionales de la salud. Se encargan de aportar valor a sistemas de gestión de patologías, así como a los encargados de analizar la nutrición de poblaciones. Además, permiten que los centros sanitarios tengan una mejor gestión. No sólo la del centro en sí, sino también la de sus distintos departamentos.
Por otra parte, el tratamiento de esta cantidad de datos, previo almacenamiento y clasificación en un programa de gestión clínica, permite tomar decisiones basadas en conductas. Y lo que es más importante, detectar determinados tipos de enfermedades de forma precoz. Esto, en salud, es extremadamente importante, puesto que algunas patologías graves, detectadas a tiempo, se pueden controlar e incluso curar. En este tipo de patologías, un diagnóstico más tardío puede significar secuelas más graves, o incluso la muerte. De ahí los beneficios del Big Data para los médicos.
Eso sí, la clave para poder sacar todo el partido a un sistema de Big Data en Sanidad es, como hemos comentado, tener la información en origen estructurada y ordenada. De ahí la importancia de contar con un programa de gestión clínica adecuado. Si se tiene, la aplicación del Big Data permitirá aplicar modelos predictivos para la prevención. Pero también para mejorar las necesidades del sector, poder tomar decisiones en tiempo real y ofrecer una atención médica más eficiente y personalizada.
Tenemos que hacer hincapié en que todos los análisis referentes a la sostenibilidad del Sistema Sanitario, pasan por una reorganización del modelo actual , “modelo predictivo” potenciado con nuevos modelos más eficientes en costes y recursos que cuyo pilar está basado en la prevención “modelo preventivo”.
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