poliza de credito
4 May. 2021

¿Qué es una póliza de crédito y cómo funciona?

 

Uno de los instrumentos financieros que tradicionalmente han resultado más flexibles en la financiación de pymes y autónomos son las pólizas de crédito. Una póliza de crédito es un producto bancario ampliamente utilizado hoy en día por negocios de todo tipo y especialmente diseñado para solucionar problemas transitorios de liquidez que puedan poner en riesgo la viabilidad de la empresa. ¿Quieres saber más?

¿Qué es y para qué sirve una póliza de crédito?

Una póliza de crédito es un contrato en virtud del cual una entidad bancaria concede financiación a una empresa hasta un límite determinado y con un plazo de devolución prefijado. En realidad, no hay una concesión de dinero como tal, sino la posibilidad de que la sociedad que contrata la póliza pueda recurrir a él en el momento en que lo desee, siempre que el capital solicitado no supere la cuantía total del crédito.

Se trata de un instrumento fundamental en la financiación de pymes, autónomos y, en general, de cualquier otra empresa, y es utilizado especialmente cuando existen necesidades puntuales de liquidez. Esta es, precisamente, la diferencia fundamental con un préstamo, en el cual se entrega el capital total en el mismo momento de la firma del contrato.

Es, por tanto, una solución ideal para aliviar las tensiones de tesorería que pueda tener cualquier empresa en el día a día de su actividad. Sin embargo, el uso de la póliza de crédito no está recomendado para gastos fijos o periódicos que se puedan financiar con otro instrumento financiero, como un préstamo.

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Costes e intereses de una póliza de crédito

La póliza de crédito lleva aparejada una serie de costes, la mayoría en forma de intereses y comisiones:

  • Comisión de apertura. Esta es la comisión que se aplica en el momento de la contratación del crédito. Se calcula como un porcentaje del capital total concedido y no suele exceder el 2 % del mismo.
  • Comisión de revisión anual. En caso de que la póliza de crédito venza, el prestatario puede renovar el contrato o no. Si lo hace, las entidades suelen aplicar una comisión de renovación, que suele ser similar a la de apertura.
  • Comisiones de disponibilidad. En el momento de abonar los intereses del crédito, se aplica un porcentaje sobre el saldo no solicitado.
  • Comisión por saldo excedido. Si el prestatario solicita fondos por encima de lo establecido en la póliza de crédito, la entidad puede aplicar una comisión sobre el saldo excedido.
  • Comisión de cancelación. Se trata de una penalización que aplican algunas entidades cuando se quiere cancelar la cuenta de crédito antes del plazo estipulado.

Asimismo, existen otros gastos derivados de las garantías solicitadas, tales como los de tramitación de pólizas de afianzamiento mercantil, intervención notarial del contrato, etc.

intereses de una póliza de crédito

La liquidación de los intereses en una póliza de crédito

Además de las comisiones, como sucede con cualquier otro producto financiero, el cliente estará obligado a satisfacer los intereses establecidos en la póliza de crédito. La liquidación de estos intereses suele ser un cálculo farragoso conocido como cálculo hamburgués. 

Los pasos para realizar esta liquidación son los siguientes:

  1. Calcular el saldo de la cuenta cada vez que se realiza cualquier movimiento en ella como, por ejemplo, que el prestatario realice una disposición del crédito.
  2. Calcular los días que cada saldo está vigente.
  3. Hallar los números comerciales, multiplicando cada saldo por el número de días que está vigente. Este saldo puede ser acreedor, deudor o excedido.
    • Intereses deudores: números deudores X multiplicador deudor.
    • Intereses acreedores: números acreedores X multiplicador acreedor.
    • Intereses excedidos: números excedidos X multiplicador excedido.

El multiplicador fijo es el cociente entre el tipo de interés a aplicar en cada uno de los casos y el número de días que se consideren para cada cálculo financiero (360 o 365 días). 

Después de calcular los intereses deudores y acreedores, se realiza la liquidación de intereses en la cuenta del titular de la póliza de crédito y se procede a aplicar la comisión por saldo no dispuesto, restando el límite del crédito al saldo medio del periodo.

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Duración y condiciones legales de la póliza de crédito

Si bien la propia póliza de crédito establece las condiciones contractuales por las que se regirá la relación comercial entre el banco y la empresa, existen una serie de aspectos regulados por el Banco de España, quien marca la regulación y doctrina aplicables a otros productos bancarios. Así pues, todas las garantías sobre condiciones abusivas y derecho de información se pueden aplicar a este contrato. 

Entre ellas, se fija la duración de la póliza al año, aunque se suele pactar la renovación tácita del plazo y condiciones generales de la póliza, que tendrán efecto inmediato. En cualquier caso, las condiciones particulares aplicables (tipo de interés, comisiones o gastos) deberán negociarse en cada renovación.

Si esta renovación no está contemplada en el contrato, la empresa podrá solicitarla, pero tendrá que negociar las nuevas condiciones y la entidad podrá admitir o denegar la renovación o las modificaciones solicitadas.

En cualquier caso, el beneficiario tiene derecho a conocer con antelación si se le va a renovar la póliza de crédito a su vencimiento y en qué condiciones, tal y como dispone el artículo 1 de la Ley 5/2015, de 27 de abril, de fomento de la financiación empresarial. Esta normativa obliga al banco a notificar, con tres meses de antelación, si no va a prorrogarla o reducirla.

Asimismo, la Inspección del Banco de España ha establecido una amplia doctrina en relación con el trato que debe recibir el beneficiario mientras está tramitando la renovación de la póliza. En concreto, el banco debe esperar al resultado de esta refinanciación antes de aplicar, por ejemplo, intereses por cantidades excedidas.

Conclusiones

En definitiva, la póliza de crédito es un instrumento ampliamente utilizado por las pymes para hacer frente a sus necesidades puntuales de tesorería, una posibilidad importante especialmente en una coyuntura como la actual. Sin embargo, debemos ser cautos y no utilizar esta herramienta de financiación del mismo modo que podríamos utilizar un préstamo bancario, ya que los costes son mayores.

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