El ratio de solvencia es uno de los principales indicadores financieros de cualquier empresa. De hecho, es utilizado por muchas compañías para analizar la viabilidad de invertir en nuevos proyectos.
La solvencia se define como la capacidad de una empresa para hacer frente a sus deudas, tanto a corto como a largo plazo. Dicho de otro modo, mide qué parte de las deudas puede satisfacer en el momento actual con la totalidad de su activo.
Más concretamente, el ratio de solvencia indica cuántos euros tiene la organización, entre bienes presentes y derechos de cobro futuros, por cada euro que tiene de deuda. Por ejemplo, si el ratio de solvencia es de 2, quiere decir que la entidad tiene 2 euros en su activo por cada euro de deuda.
A continuación te explicamos cómo calcularlo, interpretarlo y mejorarlo.
Cómo se calcula el ratio de solvencia
El ratio de solvencia es el cociente entre el activo total y el pasivo exigible de una empresa. Desde un punto de vista matemático, hay que realizar este cálculo:
Ratio de solvencia = Activo total / Pasivo exigible
El resultado de esta operación será un número mayor que cero (en realidad, podría ser cero, pero eso solo sucedería si el pasivo exigible fuera tan elevado que la compañía se encontrara en una situación muy poco realista). En caso de que sea un número por debajo de uno, el pasivo exigible es mayor que la totalidad del activo y, en consecuencia, el patrimonio neto es negativo.
Si el resultado es mayor que uno, la empresa cuenta con un activo suficiente como para satisfacer todas sus deudas. Si el pasivo exigible es igual a cero, la totalidad del activo estará financiado con recursos propios, lo que dará un ratio de solvencia infinito.
Cómo se interpreta el ratio de solvencia
Su interpretación es muy sencilla. Cuando el ratio de solvencia es inferior a 1, la empresa se encuentra en quiebra técnica. En este supuesto, el valor del pasivo exigible es superior al valor total del activo, lo que quiere decir que la compañía no tiene capacidad para satisfacer todos sus compromisos de pago, tanto a corto como a largo plazo.
Sin embargo, que el ratio de solvencia sea superior a uno no quiere decir necesariamente que la empresa cuente con una buena salud financiera. El valor ideal que los expertos recomiendan es de 1,5, un valor suficiente para hacer frente a todas las deudas.
Un ratio de solvencia por encima de esta cifra puede ser señal de que hay demasiado activo corriente que podría llegar a perder valor, por lo que invertirlo es bastante recomendable si se le quiere sacar más rendimiento.
No obstante, este indicador dependerá de la actividad de la compañía y de sus necesidades financieras. Así, por ejemplo, las empresas puramente comerciales suelen tener un ratio de solvencia inferior que las manufactureras, pero no por ello tienen que ser forzosamente menos solventes.
Cómo mejorar el ratio de solvencia
A nivel matemático y contable, mejorar el ratio de solvencia pasa por incrementar el valor del patrimonio neto o por reducir el valor del pasivo exigible y, en consecuencia, también del activo.
Para conseguirlo, la empresa puede llevar a cabo varias acciones:
- Realizar una ampliación de capital, cosa que se puede hacer dando entrada a nuevos socios o accionistas a la organización. De este modo, se aumenta el patrimonio neto de la sociedad.
- Acumular ejercicios de resultados positivos. Una empresa termina con patrimonio neto negativo como consecuencia de varios ejercicios con resultados negativos. Para revertir esta situación, es necesario que la compañía acumule resultados positivos. De hecho, esta es la forma más saludable de mejorar el ratio de solvencia.
- Reducir deudas. Cuando se amortizan deudas, se reduce la tesorería de la empresa y, por tanto, el valor del activo, ya que hay una salida de efectivo. En consecuencia, el denominador se reduce y aumenta el ratio de solvencia.
¿Qué información contable se utiliza para el cálculo del ratio de solvencia?
El ratio de solvencia se calcula a partir del balance de situación de una empresa. Para realizar este cómputo, la información que debe reunir un financiero es el total del activo y el pasivo exigible, dos estados patrimoniales que se pueden encontrar fácilmente en el balance de cualquier sociedad, generalmente disponibles en un ERP o software de gestión empresarial similar, casi en tiempo real.
En el activo se encuentran las siguientes partidas:
- Activo corriente, como tesorería, cuentas a cobrar, mercaderías, activos financieros líquidos, etc.
- Activo no corriente o activos fijos, que son aquellos que no son convertidos en efectivo por una empresa durante el año, como edificios, maquinaria o equipos informáticos, entre otros.
Por su parte, en el pasivo exigible se encuentran estas otras partidas:
- Pasivo corriente, es decir, aquellas deudas, cuentas a pagar y efectos comerciales cuyo vencimiento es inferior al año.
- Pasivo no corriente, que es el que vence en un plazo superior al año.
La diferencia entre el activo y el pasivo exigible se conoce con el nombre de patrimonio neto, y tiene una importancia fundamental a la hora de calcular la solvencia de una empresa.
En resumen, el ratio de solvencia es un indicador clave para conocer la salud financiera de tu empresa. Su interpretación y análisis aporta una información muy valiosa que ningún empresario debe obviar.
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7 de junio de 2024
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