Cómo Liquidar una Empresa - Cómo Cerrar una Empresa

Cerrar una SL con deudas suele ser una decisión complicada, pero en ocasiones no queda otro remedio. Los problemas financieros son una de las causas principales de la liquidación voluntaria de una sociedad. No obstante, este no es el único motivo que puede llevar a la desaparición de un negocio. Hay muchos otros factores de los que vamos a hablar en este artículo y detallaremos los pasos a dar para liquidar la empresa correctamente.

Aunque se trate de una situación difícil, hay veces en las que es mejor actuar cuanto antes para evitar que los problemas continúen creciendo. Pero ¿cómo cerrar una empresa definitivamente? Para darte una respuesta vamos a explicarte todos los pasos para liquidar una empresa siguiendo los cauces legales establecidos para ello, como por ejemplo la disolución empresarial o los trámites con Hacienda.

Por qué cierra una empresa

Cada negocio es único y su funcionamiento depende de su gestión, aunque también hay factores externos que pueden golpear la economía societaria. Cerrar una sociedad con deudas es algo muy común, pero vamos a mostrarte las razones principales por las que se produce la liquidación voluntaria de una sociedad.

Problemas financieros

La salud económica de la empresa suele ser uno de los principales motivos más habituales para su liquidación empresarial. La mayoría de veces esto se debe a la acumulación de pérdidas. Pese a que las sociedades suelen tener una mayor capacidad para sostener estas situaciones a largo plazo en comparación con los autónomos, en el momento en el que se pierde la liquidez y no se pueden afrontar los pagos a proveedores y empleados, la situación se puede complicar rápidamente.

En otras ocasiones, ya sea por una acumulación de deudas o simplemente por las reservas de las entidades bancarias a prestar dinero a la empresa, el negocio no puede continuar funcionando. De nuevo, la falta de liquidez es clave para tomar la decisión.

Problemas operativos

En otros casos, a pesar de que la salud financiera es correcta, hay otros síntomas que denotan problemas internos en el negocio. Un caso que se ha visto en Europa tras la pandemia de COVID-19 tuvo que ver con la escasa llegada de componentes.

Algunos sectores, como el automovilístico, se han visto inmersos en una pequeña crisis que ha durado un par de años. Así, aunque las empresas tenían capacidad de sobra para producir, era imposible que cumplieran con sus pedidos a tiempo debido a la falta de piezas fundamentales. Cuando se trata de compañías de pequeño tamaño, el impacto de estas situaciones puede ser devastador.

No obstante, ese no siempre es el problema. Otras veces son las ineficiencias en la producción o la falta de profesionalidad de los empleados es lo que lleva a esas ineficiencias operativas. Por último, es crucial conocer que los cambios de la demanda pueden acabar con un negocio. Si la empresa no consigue adaptarse a esa evolución, su futuro puede ser poco favorable.

Algo así se vivió con Nokia y la llegada de los teléfonos Android. La compañía nórdica no supo ver el potencial de ese sistema operativo, y cuando quiso incorporarlo a su catálogo fue demasiado tarde. Algo similar le sucedió a Kodak cuando surgieron las cámaras digitales. La bajada de venta de sus carretes fotográficos condujo a la empresa a la quiebra.

Cambios normativos

Una compañía que funciona bien y que es rentable puede cerrar debido a cambios inesperados en la regulación vigente. Un claro ejemplo de ello fue la entrada en vigor de la Ley Antitabaco. La prohibición de fumar en el interior de los establecimientos condenó a desaparecer a todos los que no pudieron adaptarse a la nueva norma. Reino Unido fue uno de los peor parados. Allí hasta 4.000 locales cerraron sus puertas.

Malas decisiones empresariales

La estrategia elegida por los directivos de una empresa no siempre es la más acertada. El mejor ejemplo de esto es Blockbuster. El gigante norteamericano del alquiler de películas recibió en el año 2000 una oferta muy interesante. El dueño de Netflix ofreció todas sus acciones de la empresa por 50 millones de dólares.

Sin embargo, el modelo de negocio no convenció a los directivos de Blockbuster. 10 años después la sociedad desapareció. En la actualidad, Netflix tiene una capitalización de 210 mil millones de dólares.

Muchas veces, cuando se cierra una sociedad no se hace solo por uno de estos factores, y es que pueden estar implicados varios de ellos. De hecho, motivos tan simples como el cansancio de su propietario o discusiones y malentendidos entre los socios pueden llevar a la liquidación voluntaria de una sociedad.

Motivos por los que es importante liquidar una empresa de manera correcta

Una vez que llega el momento de cerrar una sociedad con deudas, es esencial hacerlo siguiendo la normativa establecida para no sufrir sanciones o problemas posteriores.

Evitar las empresas zombies

Uno de los mayores peligros de continuar con la actividad, incluso sabiendo que sus pérdidas constantes la llevarán a la quiebra antes o después, es acabar convirtiéndose lo que se conoce como empresas zombies.

Estos negocios siguen en pie porque los empresarios, a pesar de perder dinero, siguen convencidos de que en el futuro la situación mejorará. Por desgracia, el problema suele ir siempre a más y en muchos casos los ingresos ni siquiera permiten cubrir la deuda financiera que debe abonarse cada ejercicio. En España hay casi 50 000 empresas en esa situación. Liquidar una empresa con deudas es más complicado que hacerlo antes de que eso ocurra, por tanto, es preferible anticiparse.

Gestión de las deudas

Cuando el pasivo se comienza a acumular, lo mejor es liquidar una empresa cuanto antes para prevenir los impagos. Tanto proveedores como acreedores financieros podrían interponer una denuncia si se dejan de hacer los pagos previstos. Lo más adecuado es llevar a cabo la venta de los activos con los que cuente la empresa para eliminar por completo las deudas y evitar así consecuencias legales.

Igualmente, la propia reputación empresarial es muy importante si se desea abrir otro negocio en el futuro. Y es muy difícil volver a conseguir la confianza de un proveedor o de una entidad bancaria si en el pasado se dejó una deuda pendiente con ellos.

Cumplimiento normativo

Aunque exista la tentación de continuar exprimiendo una sociedad hasta su quiebra técnica, esto no se ajusta a la legislación. A la hora de cerrar una empresa, es crucial cumplir con los requisitos legales establecidos para evitar litigios.

Liberar recursos de la sociedad

Mientras el patrimonio neto de la sociedad siga estando en positivo, todavía es posible tener un final que resulte beneficioso para el empresario. Liquidar una empresa en ese momento permite a sus propietarios rescatar el efectivo disponible tras la venta de los activos y utilizarlo en otros proyectos.

Asimismo, si no se desea pagar indemnizaciones a los trabajadores, siempre es posible usarlos en la nueva sociedad en la que se invierta para empezar de cero tras la disolución empresarial.

Paso a paso para liquidar una empresa de manera correcta

A continuación, vamos a dar respuesta a la pregunta de ¿cómo cerrar una empresa? Para ello, vamos a mostrarte todos los pasos para liquidar una empresa.

Analizar la situación financiera

Contar con una auditoría externa que lleve a cabo la contabilidad de todo el pasivo y los activos existentes es vital antes de llevar a cabo la liquidación empresarial. Esto ayuda al empresario a conocer mejor la situación financiera real y facilita la toma de decisiones, puesto que determina la viabilidad de la liquidación voluntaria de una sociedad y cómo deberán distribuirse los recursos. Vas a ver como cerrar una empresa no es un proceso demasiado difícil.

Disolución de la sociedad

Una vez que todos los propietarios han tomado la decisión de liquidar una empresa, el primer paso consiste en disolver la sociedad. Durante este periodo, el negocio seguirá funcionando y los empleados tendrán que continuar con sus obligaciones. No obstante, a la denominación social será necesario añadirla la terminación «en liquidación».

El siguiente paso será convocar una junta general de accionistas en la que se seleccionarán los liquidadores de la sociedad. Todos los cargos ejercidos hasta entonces serán cesados, pero pueden encargarse de la liquidación voluntaria de una sociedad si así lo deciden los socios.

Fase de liquidación empresarial

Aquí comienza uno de los pasos para liquidar una empresa que resultan más relevantes. Los liquidadores tendrán unas funciones muy importantes durante este proceso. Su trabajo principal será asegurarse de que el capital de la empresa se gestiona de forma correcta.

La primera labor que deberán realizar es llevar a cabo el inventario, algo que puede haberse adelantado si se ha hecho la auditoría previa, y crear el balance. A continuación, tendrán que hacer una autoliquidación del impuesto de sociedades. Para ello, el plazo máximo permitido es de un mes desde la fecha en la que se disolvió la sociedad.

Todas las deudas pendientes deben tratar de cobrarse, y habrá que poner al día las cuentas con Hacienda y la Seguridad Social. Esto último solo en caso de que hubiesen quedado retenciones y cotizaciones pendientes previamente. Mientras tanto, deberán ejecutarse todos los trabajos pactados con los clientes.

Una vez que se conocen todos los activos de los que dispone el negocio, hay que proceder a su venta. Lo razonable será buscar compradores que paguen el valor real de los bienes al liquidar una empresa.

Sin embargo, la urgencia juega en contra de los propietarios y suele ser bastante común aceptar ofertas muy inferiores al valor por el que se han inventariado los activos. El dinero podrá emplearse para pagar a los trabajadores, y una vez cumplidas todas las obligaciones, si todavía quedan deudas pendientes con algún acreedor, habrá que entregárselo.

Es muy imprescindible evitar liquidar una empresa con deudas pendientes. Si todavía hay parte del capital que no está sujeto a ninguna obligación, los socios podrán quedárselo.

Cierre definitivo

La empresa debe causar baja en la Agencia Tributaria, como máximo, 30 días después de haber tramitado la disolución empresarial en el Registro Mercantil. El último de los pasos para liquidar una empresa antes de su desaparición total tendrá lugar en la notaría. Allí se tramita la escritura de liquidación que terminará con el procedimiento.

Otros caminos para cerrar una SL con deudas

La liquidación empresarial no es la única salida cuando se disuelve una sociedad. De hecho, hay pocos ejemplos de cómo cerrar una empresa de forma adecuada. Cuando llega el momento, aunque no es lo correcto, todo suele hacerse de manera apresurada y sin pensar en las consecuencias. Por eso hay tantos negocios abandonados de un día para otro donde ni siquiera se ha vendido la maquinaria. Pero esto no es lo mejor.

En otras ocasiones, los dueños pueden tomar la decisión de venderla. Eso incluye a todos sus activos y recursos, y no supone la liquidación de la empresa. Otras veces, si no se actúa a tiempo, puede ser necesario solicitar un concurso de acreedores. En esos casos los pasos son muy similares a los que te hemos descrito, pero se llevan a cabo por un administrador concursal que es nombrado por el juzgado.

Cerrar una SL con deudas es un camino repleto de trámites, aunque debe afrontarse cuanto antes. Los problemas financieros son una de las principales causas para el cierre de estas empresas, y es fundamental tener presentes todas las variables para hacer la liquidación empresarial de forma correcta. Ahora ya conoces con todo detalle los pasos para liquidar una empresa y evitar problemas legales a los socios.

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