En el mundo financiero, aparece el temido riesgo sistémico cuando los problemas de una entidad para afrontar la liquidación de sus posiciones deudoras en algún sistema de pago provoca que las entidades beneficiarias de estos fondos, aunque en principio no presenten problemas financieros, tampoco puedan liquidar sus obligaciones de pago. Esto se debe a que ellas, a su tiempo, necesitan los fondos provenientes de esta liquidación para hacer frente a sus propias posiciones en aquel o en otros sistemas de pago en los que participan.
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Una nueva realidad en el mundo financiero
La eventualidad en el mundo financiero que comentábamos en la introducción ha motivado que los bancos centrales y supervisores financieros de prácticamente todos los países hayan concentrado crecientes esfuerzos en mejorar la operativa y la vigilancia sobre los sistemas de pago. Además de trabajar por asegurar su buen funcionamiento técnico y habilitar procedimientos que garanticen la correcta liquidación de las operaciones procesadas, limitando todo lo posible la aparición del riesgo.
La Directiva UE 2015/2366, de 25 de noviembre, sobre servicios de pago en el mercado interior o PSD2, conlleva cambios fundamentales en esta materia. Y es que abre la oportunidad a los nuevos proveedores de servicios de ofrecer a la ciudadanía novedosas alternativas mediante el pago digital.
Para facilitar la realización de su cometido, concede a los proveedores de servicios de pago a terceros (TPP, por sus siglas del inglés Third Party Payment Service Providers) acceso a la infraestructura de los bancos. Los denominados “servicios de iniciación de pagos”, permitirán iniciar pagos desde cualquier plataforma en línea; mientras que los llamados “servicios de información de cuentas” actuarán como agregadores de información financiera que podrán acceder a los datos del cliente para ofrecerle servicios de valor añadido.
La PSD2 deja su concreción en manos de los órganos regulatorios nacionales y de la Autoridad Bancaria Europea (también conocida como EBA por su nombre en inglés). Pero establece el conjunto de principios rectores por los que se deberá regular la previsible competencia que se establezca entre las nuevas y las viejas tecnologías de pagos minoristas en Europa: más armonización, más competencia y más seguridad y transparencia.
Nuevas tecnologías y tendencias en el mundo financiero
El término fintech hace referencia a todas aquellas actividades que impliquen el empleo de la innovación y los desarrollos tecnológicos para el diseño, la oferta y la prestación de productos y servicios financieros.
Desde este punto de vista, desarrollan actividades fintech tanto entidades financieras ya establecidas como nuevas empresas que actúan en algún punto de la cadena de valor del software financiero aportando innovación, una mejor experiencia de usuario y movilidad. Es también habitual que estas nuevas empresas colaboren con las entidades financieras tradicionales o incluso que sean adquiridas por ellas cuando quieren obtener el acceso a la tecnología.
Según el tipo de productos o servicios ofrecidos, o el modelo de negocio, las empresas fintech del mundo financiero pueden ser clasificadas en diferentes grupos (denominados “verticales”):
- Asesoramiento y gestión patrimonial, y entre estos:
- Asesoramiento y gestión automatizados.
- Social trading.
- Finanzas personales.
- Financiación alternativa.
- Financiación participativa: crowdfunding, a través de préstamos (crowd lending) o mediante la emisión de instrumentos financieros (crowd equity) como las acciones, las participaciones sociales o los bonos.
- Servicios de pago mediante dispositivos móviles o electrónicos.
- Big Data: entidades que generan valor añadido mediante el análisis de un gran volumen de datos, pudiendo utilizar técnicas de inteligencia artificial.
- Identificación online de clientes: sistemas de identificación a distancia de personas utilizando nuevas tecnologías como la biometría. Estos sustituyen a la tradicional contraseña para acceder a las plataformas por nuevos métodos como pueden ser la identificación facial o la dactilar.
- Criptoactivos: se trata de la representación de activos, registrados en formato digital, que se apoyan en la criptografía y en las tecnologías de registros distribuidos, como el blockchain. Entre estos se encuentran las criptomonedas, utilizadas como medio de pago en algunas transacciones.
Otra de las tendencias del mundo financiero actual, que acabamos de mencionar, es el blockchain o “cadena de bloques”. Podemos definirlo como una base de datos distribuida, construida mediante la incorporación sucesiva de bloques enlazados, y que se replican en todos los ordenadores o nodos que participan en la red.
Como todos los participantes tienen la misma información, no es posible alterarla sin el consenso de la red, por lo que se puede considerar como veraz. En el blockchain se utiliza la criptografía para la validación de las transacciones que se introducen en un bloque, lo cual permite su trazabilidad.
Por último, hay que señalar que la aplicación de la tecnología en el mundo financiero facilita la aparición de otro tipo de compañías que desarrollan modelos de negocio no referidos directamente a los mercados de valores o a pagos y que reciben otra denominación, como las insurtech (de seguros) o las proptech (de propiedades inmobiliarias).
Actualmente, es la Sociedad Española de Sistemas de Pago, S.A. (IBERPAY) quien gestiona el Sistema Nacional de Compensación Electrónica (SNCE). El SNCE es, desde finales de 2011, un sistema plenamente centralizado que procesa las transacciones originadas con instrumentos de pago minoristas nacionales (cheques, transferencias, domiciliaciones y efectos, entre otros) y europeos (transferencias y débitos directos SEPA).
IBERPAY está creando la plataforma interbancaria de Smart Payments, cuyo objetivo es facilitar el inicio de transferencias inmediatas programables desde redes blockchain, mediante su conexión con el SNCE.
Por el momento ya se ha resuelto la ejecución de pagos en redes blockchain a través de su conexión con los sistemas de pago regulados actuales: mediante instrumentos de pago ya existentes, en euros, y desde cuentas corrientes bancarias, sin necesidad de utilizar criptomonedas.
Para que esta tecnología basada en la utilización de redes blockchain pueda desarrollarse, previamente es necesario resolver tres cuestiones importantes que tienen que ver con la seguridad de los usuarios: los acuerdos basados en contratos inteligentes, los pagos y la identidad digital.
A partir de 2010, año en que se inauguraron numerosos sistemas de pagos móviles inmediatos, y hasta 2019, la digitalización ha marcado el cambio de todos los negocios de la industria de los pagos.
La aparición de nuevos actores en el mundo financiero hace imprescindible la revisión de la legislación europea (PSD2). Y es que hay que abordar aspectos relacionados con las reglas de competencia entre los tres grandes grupos de agentes hoy activos en los ecosistemas de pagos: entidades bancarias, fintech y bigtech.
En el frente digital y de datos, la Comisión Europea está preparando su Ley de Servicios Digitales, que debe servir de apoyo para los bancos en su creciente competencia con las bigtech.
Desde 2020 existe la voluntad política de crear una moneda digital del banco central: las autoridades monetarias se encuentran en fase de análisis sobre las ventajas e inconvenientes de ofrecer al público una moneda digital de propósito general (CBDC). Además, están definiendo sus principios fundacionales.
Para algunos bancos centrales, la motivación está relacionada con el avance, en sus jurisdicciones, de la independencia del dinero en efectivo. Esta realidad abre la posibilidad de ofrecer a la población un medio de pago alternativo seguro, robusto y conveniente.
Los principios fundacionales señalan que las autoridades competentes deben asegurarse de lo siguiente:
- La coexistencia y complementariedad con el dinero en efectivo y otros tipos de dinero en un sistema de pagos flexible e innovador.
- Que cualquier introducción apoyará objetivos de política más amplios y no perjudicará la estabilidad monetaria y financiera.
- Que sus atributos promuevan la innovación y la eficiencia.
La identidad digital se ha convertido en condición necesaria, además de un punto crítico para poder avanzar con seguridad y espíritu de universalidad en la digitalización de los servicios del mundo financiero. Y, más aún, en el escenario aspiracional de Open Banking, de Open Finance y, en definitiva, de Open Life.
La digitalización ha modificado la forma en la que se realizan las transacciones de identificación, y crea nuevos desafíos relacionados con el control, la protección, la prevención del fraude, la universalidad y la dependencia de terceros proveedores (de dispositivos, de algoritmos, de servicios cloud, etc).
La identidad digital se convertirá en uno de los atributos más valiosos para los ciudadanos en el futuro, en un contexto de digitalización cuasi omnipresente.
Como resultado de la irrupción de la tecnología en los sistemas del mundo financiero, asistimos a un proceso imparable por el que el software sustituye al hardware en prácticamente todas sus modalidades y facetas. Lo hace a través de la virtualización que permiten las tecnologías digitales hoy al alcance de todos, así como la disponibilidad de ingentes cantidades de datos.
Este proceso facilita la aparición del modelo Banking as a service (BaaS), llegado de la mano de nuevas empresas fintech. Este ganó tracción en los pagos debido a su alcance masivo, a los grandes volúmenes y a la naturaleza transaccional, partiendo de la concepción de productos y servicios que aportan valor a los clientes.
A través del BaaS, hoy se ofrece una amplia gama de modelos de negocio, ya sea por medio de soluciones de pagos a clientes finales o bien comercializando sus soluciones de marca blanca a las instituciones financieras, con servicios para atender las necesidades de sus clientes particulares y empresas.
El análisis de datos de alta frecuencia, la “algoritmización” o proceso de digitalizar y etiquetar datos (que se almacenan para su uso automatizado), y el uso de machine learning e inteligencia artificial son los siguientes pasos para la evolución de esta tecnología disruptiva.
Sin embargo, el proceso viene acompañado de importantes retos, la mayoría ya analizados en este artículo, a los que hay que añadir un desafío relevante. Nos referimos a la dependencia manifiesta que tienen los proveedores de servicios financieros europeos de los proveedores de servicios críticos e infraestructuras técnicas (como el cloud-computing de Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud) no pertenecientes a la UE. Este hecho, además de la mencionada dependencia de unos pocos proveedores, genera posibles problemas de concentración de alcance sistémico.
Ahora que sabes más sobre la actualidad y las tendencias del mundo financiero, puedes preguntar a los expertos de Ekon sobre sus soluciones para tu negocio.
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