teletrabajo
27 May. 2020

Teletrabajo o trabajar en casa

 

Estos días prácticamente toda la población activa se ha visto obligada a modificar sus hábitos de trabajo y a hacer teletrabajo o trabajar en casa.

Algunos lo han hecho de forma radical, otros modificándo su metodología de trabajo sustancialmente: pantallas de separación, mascarillas, etc. Pero hay un colectivo, el que nos ocupa, que ha descubierto el teletrabajo a la fuerza, activando su práctica más de lo habitual.

De éstos, algunos han descubierto que lamentablemente de lo único que podían disponer era de un enlace a uno de los sistemas de su empresa, perdiendo la visión de conjunto que tendrían si estuvieran en su tradicional puesto de trabajo. 

Conciliar teletrabajo y vida personal

¿Cómo puedo conciliar mi tesorería si no puedo conectarme al banco, ni a mi sistema?, ¿cómo puedo ver mis ratios, si son producto de información de varios sistemas y no tengo conexión a todos? Y, en el almacén, ¿tengo artículos ya en punto de pedido?, ¿dónde están las hojas de calculo compartidas?

Son muchos los hándicaps que nos encontramos. Y es que, trabajar en casa de esta forma, no es hacer bien el teletrabajo.

Tener a los niños mirando un canal infantil de televisión, vigilar si han tomado el desayuno y estar en una videoconferencia con un cliente mientras de ruido de fondo se escucha, la alarma de tu lavavajillas que ha terminado, digamos que no es confortable y te hace sentir tensión.

Tal vez también un fantasma pasa por detrás de ti, tu hijo adolescente paseando en paños menores y en pleno proceso de setup de arrancada mental, que ya sabemos lo que les cuesta a algunos y otros aunque no seamos adolescentes también. Aunque esta vez estemos despiertos y veamos como nuestro cliente, en plena video conferencia, sigue con la vista el paseo de nuestro hijo.

La concentración ya no existe, uno está más por el contenido que por el continente, como diría una compañía de seguros. Más pendiente que nunca de su entorno. 

Y esta situación durante ocho horas, que haciendo teletrabajo son muchas más, uno no sabe cuándo hay que terminar. 

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Además, como tiene una especie de deuda consigo mismo, ya que durante un rato por la mañana ha tendido la ropa y puesto la olla a hervir, un rato más con un rato más se planta en horarios de casi doble turno. Un efecto como cuando uno está de aperitivo, ¿cuándo hay que parar? 

Total, qué bien se estaba en la oficina… Perdón! Ahora llaman a la puerta  porque traen un paquete… Así no hay quien trabaje.

Con interrupciones constantes, hijos, teléfonos, vecinos, paquetes, mascotas, electrodomésticos que reclaman nuestra atención, no podemos mezclar nuestra vida personal y laboral. 

¿Imaginamos lo mismo al revés? Estamos en nuestra oficina, con nuestros niños dando vueltas, nuestra mascota, en el microondas del office estamos cocinando nuestro almuerzo, explicando a nuestros abuelos como instalar el Skype en la Tablet que les regalamos por navidad y que hemos descubierto que no la usan, ni saben cómo va.

Claves del teletrabajo

¿Cómo arreglamos ésto? Pues muy sencillo, hacer teletrabajo es trasladar tu lugar de trabajo a otro sitio, pero sin perder ni un grano de tu funcionalidad. 

  1. Hay que generar una serie de hábitos que nos permitan, aunque estemos en nuestra casa, que nuestro cerebro establezca que estamos en familia o trabajando.  Para ello, cada mañana saldremos con alguna excusa, lo que nos obligará a vestirnos, asearnos, despertarnos y, por ejemplo, la excusa será pasear la mascota, comprar el periódico o el pan. A la vuelta al hogar, nos instalaremos en una habitación donde hemos decidido que será nuestra oficina, habilitada para ello, como en nuestra empresa.
  2. Hay que disponer de un material de trabajo óptimo:
    1. Una mesa estable
    2. Una silla cómoda
    3. Buena conexión Wi-Fi
    4. Luz
    5. Aire
    6. Silencio
    7. No tener interrupciones
  3. Tenemos que vestirnos. No hace falta el uniforme de naufrago de estar por casa para teletrabajar. Con una puerta que podamos cerrar y aislarnos del contenido “familiar”.
  4. Tenemos que saber conectar y desconectar, por eso, sin excusas, tenemos que salir antes y después de terminar nuestra jornada laboral, hacer nuestro paseo, compra, etc. para llegar de nuevo a casa, como si viniéramos de nuestra oficina de siempre.

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Teletrabajo y ERP, ¿por qué van ligados?

¿Verdad que es fácil? Solo queda que el tiempo que estamos teletrabajado sea lo más provechoso posible, así que si estamos trabajando en un mundo donde utilizamos un sistema ERP, debemos tener el acceso al mismo sistema desde nuestra oficina particular, con los mismos procesos, funcionalidades, para poder hacer exactamente lo mismo. 

Tenemos que tener movilidad de nuestro puesto de trabajo, ello nos permitirá teletrabajar en cualquier lugar. 

Para trabajar no nos conformaremos con la mitad de un teclado, con un móvil que solo pueda recibir llamadas, ¿así porque tenemos que trabajar sin un ERP? Es sencillo y de sentido común.

Y si no tienes ningún ERP y tu empresa lo que tiene es un conjunto de sistemas que no forman un todo, apoyado por una biblioteca de hojas de cálculo y mucha artesanía, o bien un sistema que no esta en la nube, que para conectarte necesitas antes conectarte a una VPN cargar un software especial (una gincana técnica), es el momento de cambiar. Sino cuando vuelvas a la oficina de tu empresa te darás cuenta de que no puedes hacer tampoco todo lo que querías y no es porque hayas dejado de trabajar, sino porque no tienes un ERP. 

En Ekon somos cercanos a tu sector, a tu negocio, llámanos y seguimos hablando.

Marc Canela
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