proyectos agiles
7 Abr. 2022

Aplicar una metodología agile al desarrollo de proyectos ágiles

 

La gestión de proyectos ágiles es una metodología de gestión de proyectos que intenta fomentar el trabajo en equipo y hacer que, tanto el equipo como el trabajo, sean flexibles y se adapten a las necesidades del proyecto y del cliente.

Algunas de sus ventajas son que permite tener un mayor control sobre el seguimiento del proyecto, hace mucho más fácil introducir cambios y ajustes cuando este lo necesite y aumenta la satisfacción del cliente final, ya que se lo involucra desde un inicio.

La metodología agile es una filosofía centrada en hacer evolucionar y cambiar los sistemas de organización y trabajo de una empresa. Correctamente aplicada, se trata de uno de los motores más eficaces para impulsar la transformación digital de la compañía.

En este artículo vamos a analizar los principios básicos de la metodología agile, la gestión del equipo en los proyectos ágiles y las claves de la transformación hacia una organización ágil.

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Principios básicos de la metodología agile

Con la metodología agile, los proyectos que deben desarrollarse en una empresa se dividen en partes más pequeñas. De esta manera se consigue agilizar su desarrollo, y se facilita que la entrega de cada una de estas partes sea posible en un menor tiempo del que se tardaría en llevarlas a cabo si se realizaran como un todo. 

Su utilización sirve para dar más flexibilidad, velocidad y eficiencia al desarrollo de proyectos. Y entre sus principales ventajas se encuentran las siguientes:

VENTAJA DESCRIPCIÓN
Mejora de la calidad Esta metodología reduce los fallos y mejora la experiencia del cliente.
Mayor compromiso Los trabajadores que emplean la metodología agile están, generalmente, más satisfechos y trabajan mejor en equipo. Además, se reduce el estrés laboral. 
Mayor rapidez El uso de esta metodología acorta el ciclo de producción. También reduce el tiempo de toma de decisiones, lo que hace que se pueda reaccionar más rápido. 
Mayor productividad La metodología ágil permite trabajar en función de las prioridades que tengan tanto el equipo como la empresa. Por otra parte, da la oportunidad de asignar mejor los recursos.

La gestión del equipo para proyectos ágiles

En la gestión de proyectos ágiles existe un responsable de desarrollo. Además, este tipo de gestión siempre reúne diferentes perfiles dentro del equipo y, por tanto, profesionales con diferentes habilidades. Esta variedad de aptitudes permite que distintos conocimientos se complementen entre sí y hagan que el proyecto consiga llegar hasta su objetivo final, con lo que se cubren las necesidades del cliente.

Según la filosofía de la gestión de proyectos ágiles, un buen equipo debe realizar sus tareas con un alto nivel de implicación y colaboración. Esto hace posible obtener la máxima productividad y que se necesite una mínima coordinación para que el proyecto avance hasta su finalización. 

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Para conseguir minimizar la dependencia del equipo, como decíamos, sus integrantes tienen diferentes habilidades y son expertos en cada una de sus áreas. Por eso se les ha elegido para formar parte del equipo, por el dominio que tienen de ellas. Aunque también deben tener conocimientos básicos y habilidades relacionadas con las áreas del resto de personas que forman el grupo de trabajo.

Además, existen otros desafíos a considerar para tener éxito con un equipo en la gestión de proyectos ágiles:

DESAFÍO DESCRIPCIÓN
Gestionar el compromiso con el cliente En este tipo de gestión se deben establecer y analizar las necesidades del cliente y el enfoque que se le ha de dar al proyecto, según las experiencias de la empresa, para ofrecerle el mejor producto o servicio cubriendo sus necesidades. 
Gestionar el funcionamiento del equipo Es importante establecer el trabajo como si el equipo fuera una sola unidad, ya que se deben gestionar los diferentes perfiles de manera que se consiga unir esfuerzos.
Gestionar el cambio También hay que saber atender de forma ágil todas las peticiones de cambio que el cliente pueda tener a medida que el proyecto evolucione. Una de las premisas de la gestión de proyectos ágiles es que tiene que ir adaptándose.
Gestionar la comunicación Es necesario establecer mecanismos de gestión de la comunicación para que el feedback entre el cliente y el equipo que gestiona el proyecto sea fluido. Si la comunicación es fluida, el cliente se siente escuchado y, por tanto, siente que es parte del desarrollo del proyecto.
Gestionar el desarrollo del proyecto En un proyecto ágil hay que asegurarse de que el proceso y la velocidad de desarrollo del proyecto son sostenibles, teniendo en cuenta la carga de trabajo que tiene el equipo.

Las claves de la transformación hacia una organización ágil

Cada empresa debe encontrar su propio camino para convertirse en una organización ágil. Un aspecto vital antes de comenzar el proceso de cambio es conocer cualitativa y cuantitativamente nuestro punto de partida

Una vez sabemos cómo estamos, el proceso de transformación de una organización tradicional a una organización ágil debe tener en cuenta 3 claves que pueden ayudarnos a partir con el foco puesto en las personas involucradas: 

CLAVES DESCRIPCIÓN
Cocreación de valor Las organizaciones ágiles se centran en aportar valor. Para ello necesitan reimaginar sus procesos, sistemas, modelos de negocio, productos y servicios.
Red de equipos flexible Conseguir reemplazar la jerarquía tradicional piramidal por una red de equipos flexible y escalable es una de las claves de la transformación para llegar a ser una organización ágil.
Ciclos rápidos de pensamiento y acción Los esfuerzos en las organizaciones ágiles se basan en trabajar en ciclos rápidos de pensamiento y acción. Estos funcionan estrechamente alineados con su propio proceso creativo y de logro de objetivos. Por eso se necesita la integración de metodologías ágiles para la innovación y operación, que permiten la iteración rápida y continua del pensamiento, la acción y el aprendizaje.

Finalmente, además de los desafíos que aparecen en la gestión de proyectos ágiles, debes tener en cuenta que, en la mayoría de empresas, la implantación de cualquier nueva metodología no suele ser fácil. El proceso requiere paciencia, tiempo y diferentes ajustes para que el equipo se adapte a una nueva manera de trabajar y pueda aprovechar sus ventajas. Eso sí, el esfuerzo puede dar grandes frutos.

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