La calidad en una empresa es algo casi imprescindible para su supervivencia, porque ofrecer un producto o un servicio que cumpla con unas condiciones mínimas de calidad marca el camino del éxito. Existen unos certificados que actúan como elementos verificadores de que la compañía en cuestión cumple con los requisitos establecidos para que se pueda hablar de calidad. Esta es una palabra que no puede utilizarse a la ligera, sino que siempre ha de tener detrás sus certificaciones. Descubre cómo se define un certificado de calidad, sus beneficios y cómo puedes gestionarlo adecuadamente.
¿Qué es un certificado de calidad?
Un certificado de calidad es una declaración o prueba explícita. Asegura que una empresa está cumpliendo con unos estándares fijados tanto en tareas como en procesos específicos. Esto significa que ese distintivo garantiza que la fabricación de un producto o la prestación de un servicio se lleva a cabo siguiendo unas normas preestablecidas que son óptimas en esos casos.
Pero ¿quién se encarga de elaborar y otorgar estos certificados? Aquí en España estas funciones corresponden a la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR). Este organismo fija las distintas certificaciones de calidad según sea el objetivo que persiga cada una.
En el mercado de cualquier sector, asegurar la calidad es importante. Es un factor estratégico para competir con mayor fuerza y crecer cada vez más. El modelo ISO 9001 es la herramienta de calidad más común en todos los sectores. Marca las normas de los sistemas de gestión de la calidad dentro de una compañía. Tiene incluso enfoques específicos y requisitos adicionales que se adaptan al sector que sea.
Aunque existen certificados de calidad aptos para su aplicación en cualquier sector, igualmente hay otros más especializados para productos, servicios, alimentos, sanidad y servicios sociales, industria, educación, tecnologías de la información, banca y servicios financieros, e incluso ya también para las Smart Cities.
Beneficios de los certificados de calidad
Si te preguntas en qué puede beneficiar a tu empresa disponer de certificados de calidad, la respuesta es muy sencilla: porque estos distintivos terminan repercutiendo positivamente en sus clientes, quienes se sentirán satisfechos por un buen producto o servicio recibido.
Además, contar con un certificado de calidad, o varios, también aporta otros beneficios a tu negocio:
- Confianza. La seguridad de que un mismo proceso siempre se mantiene o se va renovando para mejorar hace ganar puntos en lo que a la confianza del público se refiere. El hecho de que las certificaciones tengan caducidad te obliga a no bajar la guardia en la calidad.
- Valor diferencial. Contar con una certificación requiere un cierto esfuerzo y una dedicación en cuanto a tiempo, por lo que cuando se consigue también se está incorporando a la compañía un valor añadido respecto a empresas de la competencia.
- Reputación. Este punto deriva del anterior, pues contando con un certificado de calidad tu negocio se asegura de tener una buena imagen y una mejor valoración por parte de los clientes.
- Menos riesgos y costes. En el proceso productivo o de prestación de servicios, seguir unas normas fijas minimiza los riesgos de cometer errores. Por otro lado, la reducción de costes es una evidencia, porque estas herramientas de calidad obligan a eliminar pasos intermedios innecesarios. Todo lo que no aporta valor, debe quedar fuera, ya que de esta manera ahorras costes de producción o de gestión.
- Eficiencia. Contando con un certificado de calidad, un ciclo de mejora constante se instala en tu empresa, que se vuelve más eficiente porque ha sabido controlar bien cada paso del proceso.
- Comunicación. Por último, que la organización se ajuste a una normativa específica requiere que cada departamento y cada trabajador esté al tanto de ella. En consecuencia, los flujos comunicativos transversales se vuelven esenciales.
Cómo gestionar un certificado de calidad adecuadamente
Descritos ya los certificados, debes saber que un sistema de gestión de la calidad está formado por una serie de elementos relacionados entre sí y orientados a cumplir con ese objetivo. Recursos, procesos y políticas suelen ser los principales conceptos que participan en una herramienta para gestionar la calidad de los productos y servicios. Por tanto, cumplir con las normas establecidas por las certificaciones exige que estos elementos actúen a la perfección, se coordinen y sean meticulosos.
Desde Ekon, como especialistas en el campo del software o programas de gestión empresarial, te ofrecemos algunas soluciones para tu negocio que pueden ayudarte a mejorar ese sistema de gestión de la calidad. Por ejemplo, en el departamento de Recursos Humanos o en cualquier otro relacionado con algún proceso productivo o de prestación de servicios.
En definitiva, ahora que ya conoces la importancia de contar con un certificado de calidad y tienes más claros sus beneficios, además del hecho de que puedes gestionarlo cómodamente con la tecnología actual, es el momento de empezar a trabajar para conseguir los que mejor puedan ayudar al crecimiento de tu empresa.
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