A menudo nuevos clientes nos trasladan esta reflexión. Incluso en pleno proceso de búsqueda de proveedores que le aporten una solución ERP, nos confiesan haber empezado a buscar un ERP porque sus clientes a veces, e incluso proveedores, le han preguntado si tiene un ERP.
Parecería asombroso que alguien con el que has iniciado una relación comercial de tanta complejidad te formule esta pregunta, pero evidentemente no es algo debido al capricho.
¿De dónde nace esta curiosidad empresarial? Sencillamente hoy en día es impensable que las PYME’s no tengan un ERP, que sus procesos internos, sus reglas de negocio, sus históricos, su gestión comercial, sus costes internos, previsiones, etc. estén repartidas entre softwares descatalogados, o, cuanto menos desactualizados (que no están en la última versión), o bien con porciones del ciclo y algunos procesos cubiertos con soluciones hechas a medida pero que nadie sabe exactamente cómo funcionan genera desconfianza, de ahí algunos clientes y proveedores les hayan hecho la pregunta: ¿Tienes un ERP?
Tenemos que ir mas allá del somos una empresa que lleva décadas en el mercado, que tiene un producto especial que necesitas, que somos especialistas, del tenemos una posición en el mercado, etc. Tener un ERP no es una imposición legal, como sí lo es tener un control horario, una nómina y sus conexiones con la tesorería de la seguridad social, o un modo de declarar nuestros impuestos. Es nuestro sistema nervioso que mueve toda la organización de forma ordenada.
Cuando te preguntan si tienes un ERP es un tiro directo a la línea de flotación. En este mundo cada vez más dependiente, pensar que mis pedidos, de los cuales depende que yo pueda servir a mis clientes a tiempo, que mis roturas de stock, mis propuestas de pedido, puedan basarse en un Excel que tiene mi proveedor, o bien en una serie de soluciones obsoletas no integradas, no le permitirán suministrarme, cubrir mis necesidades, e incluso no podrán fabricar en tiempos y calidades que le estoy exigiendo. Depender de sus herramientas de gestión en el ámbito de TI, y no de su maquinaria y expertise, es peligroso y pocas empresas querrán correr el riesgo.
Así algo tan sencillo como no tener un ERP, genera desconfianza, visión de desorden, inversiones internas innecesarias, una gran lista de temas negativos, una visión de empresa poco moderna y eficiente.
Es como pensar que trabajo con un proveedor que no tiene correo electrónico, o teléfono, y tengo que mandarle los pedidos por fax… ¿verdad que resulta algo impensable hoy en día?
Así que, si estamos en esta situación debemos corregirla cuanto antes si queremos evitar una “crónica de una muerte anunciada”, que es en lo que se va a convertir nuestra empresa.
Encontraremos más artículos donde se nos ayudará a decidir cómo realizar esta evolución, cómo incorporar esta forma de trabajo, los beneficios que obtendremos, y, cómo no, el retorno de inversión que ello supone.
Y cuando alguien nos pregunte si tenemos un sistema ERP, podremos contestarle con la misma naturalidad que le indicamos nuestro mail, nuestra página web, o le damos nuestro número de móvil.
La clave está implantar el ERP adecuado. El esfuerzo es, como en cualquier reparación, decidir el mejor material de acuerdo a nuestras necesidades o material low cost. El resultado y durabilidad de la reparación también será totalmente diferente.
Podemos contestar, si tenemos un ERP, bien implantado, que nos proporciona una serie de información precisa y en tiempo real que nos permite tratar con nuestros clientes y proveedores de una forma eficaz, aprovechar las ofertas que nos plantean, tener un histórico de los pedidos de nuestros clientes, nuestros proyectos controlados, la producción planificada, nuestra tesorería sin tensiones, ya que conocemos nuestros flujos, y el resto de procesos empresariales que son el ADN de nuestra empresa. Se trata sobre todo de calidad en nuestro trabajo, tiempo para atender a nuestro clientes, tiempo para diferenciarnos de nuestra competencia, tiempo para abordar nuevos retos.
Pero todo esto es posible implantando una solución tecnológicamente avanzada y sobre todo con personas cercanas a mi negocio, que me escuchan y entienden mis inquietudes y que pueden darme respuestas como si fueran uno más de mi empresa.
De poco vale implantar y esforzarse en tener un ERP que no cubra tus necesidades solo para contestar “Sí, tengo un ERP”, porque las siguientes preguntas serán, ¿os cubre todos los procesos?, ¿es ágil?, y la batería de preguntas sigue, porque hoy en día cuando uno escoge un proveedor o nos escoge alguien para ser cliente nuestro, tenemos que superar esta pregunta sin miedo y con seguridad.
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