¿Por dónde habrá que empezar?

En este momento es una gran duda, porque realmente mis acciones dependen también de las acciones que pongan en marcha los demás, todo el ecosistema está en juego, y como tal dependemos los unos de los otros, toda la comunidad depende de los bienes, de los servicios, de los repartos y distribuciones entre ellos.

Tal vez lo más sensato sea aplicar el sentido común, y lo primero que habrá que hacer será pensar qué tengo que hacer: Elaborar una lista de las actividades más importantes y las más urgentes. Lamentablemente, no se podrá empezar con un “decíamos ayer”.

Tu ERP un factor clave

Mi ERP antes del COVID-19 es posible que no fuera el mismo que el que voy a encontrar el día de vuelta, técnicamente lo más seguro es que esté actualizado a versiones más modernas, y se hayan incluido herramientas que hayan permitido el teletrabajo como tal, o como mínimo la conexión externa para ir controlando el estado financiero.

Así que el ERP debe ayudarnos a tomar las primeras decisiones, básicamente las económicas y las de producción o comercialización (informes de cuentas a pagar y cobrar, informes de tesorería,  calendario fiscal, etc.)

Comercialmente, antes de servir pedidos atrasados habrá que comprobar cómo están nuestros clientes, cómo está la cartera de pedidos, operar en función de los pedidos pendientes y comprar en función también de los pedidos pendientes de servir, porque comprar, fabricar o servir sin comprobar será buscar incrementar mi deuda a corto y medio plazo.

¿Verificar el estado del ecosistema por qué?

¿Cuánto tardaran las empresas que se han reinventado solidariamente para colaborar (fabricación de mascarillas, respiradores, EPI, Colchones, etc) en volver a su actividad habitual?

¿Soy yo una de ellas? ¿Tal vez uno de mis principales proveedores lo es? 

Tal vez se modifiquen las economías de mercado, los hábitos adquiridos en este periodo, en el consumo del cliente final pueden producir cambios en las planificaciones de mi producción. 

Igual tenemos que invertir en productos diferentes, es posible que mis históricos de consumo no me sirvan para tomar decisiones futuras, sabemos que los hábitos de consumo inciden en el mercado, y venimos de un gran cambio radical en los mismos. Así que hay que tener el escenario muy claro, y cada sector asumirá los nuevos cambios.

Las economías de estado es posible que tengan más incidencia en las decisiones empresariales, posiblemente debamos cumplir con unos pedidos de fabricación de artículos definidos como primera necesidad, la sensibilidad estará más impresionable que nunca, es posible que demasiada previsión y anticipación a una posible nueva situación nos fuerce a cumplir estos pedidos. 

Ha quedado demostrado en una situación como la del COVID-19 que el dinero es importante, pero más importante es disponer inmediatamente del material imprescindible. El estado puede incrementar su cuota de compra en empresas nacionales de forma importante, es otra forma de reactivar nuestra economía interior.

Es posible finalmente que el nuevo ecosistema sea una mezcla de ambos, libertad empresarial, comercial, y por otro lado un compromiso social más constante, casi imperceptible, pero constante, que no nos obligue a replantearnos nuestra actividad en caso de un nuevo caso de fuerza mayor. 

Hay que tener esta variable en nuestras previsiones, y que mejor forma que disponer de información actualizada para poderla comparar con la anterior, ver desviaciones si las hay, anticiparse a los cambios, hay que introducir y planificar con los nuevos hábitos de consumo, con la nueva legislación si hay cambios, hay que tener ERP que me permita tomar decisiones de forma objetiva.

El primer día después de que se levanten las medidas gubernamentales del COVID-19, también se levantará el telón de nuevo en el mundo empresarial, pero cuidado, nuestros clientes, los espectadores es posible que vengan con otras expectativas.

Y como sabemos se irán levantando progresivamente, y nuestras empresas se han esforzado durante todo este periodo de tiempo, sobre todo las que han podido mantener su actividad y su volumen de negocio. Pero lo que es común a todas es han utilizado sus sistemas como nunca, y las que no han podido, han tomado buena nota de ello para ponerse manos a la obra.